viernes, 8 de julio de 2011

Pócima para sonreír





A quien corresponda......
Y correspondía a todos, pero nadie se daba cuenta.

Erase una vez, en un lejano país, donde nadie quiere llegar y todos están.
Los pequeños habitantes de ese lugar, no entendían por que la gente grande,así los llamaban, tenia el semblante triste, si, despertarse era bonito.
Solo dejaba de serlo, por un instante, cuando alguno de los niños no acudía a la cita diaria, para disfrutar de la imaginación y los juegos.
Se les decía que no estaba el ausente, por que la bruja mala se lo había llevado, pero ellos sabían que no se había ido del todo, quedaban sus risas en el recuerdo y recordar al parecer para los demás no era de risa.
Tenían miedo a que eso les pasara, por esa razón decidieron en asamblea, que no deberían crecer más.
Ser pequeño parecía ser que tenia una ligera ventaja a ser mayor, las mismas cosas se veían de otro modo.
Pensaban que las brujas no eran malas, solamente que querían tener niños en su país y el país de las brujas no debía ser tan malo, pues ellas tenían escobas para volar, y unos castillos fantásticos donde poderse esconder cuando no querían ser encontradas.
(Ya soy grande y os contaré que nos enseño el único de ellos que sabia la solución)
Un día, vimos llegar a un grande que solo parecía grande por que lo era, alto, piernas largas, cara de grande, manos grandes, eso... un grande. Pero algo tenia diferente a los demás grandes. Él al igual que nosotros sabia jugar, sabia rodar por la hierva, ponerse los zapatos al revés, para despistar las huellas, se escondía bien, reía a carcajadas y todas esas cosas que no hacen los grandes las hacia como sí fuera pequeño.
Como tenían que hablar en asamblea lo de ser pequeños siempre, le invitamos a venir.
Nos contó, que una vez las brujas dieron una pócima a todos los habitantes del país, para que una parte de ellos se quedara en la niñez, pero que alguna de las gentes que en el país habitaba, no tomo la pócima, pensando así que si los demás quedaban pequeños ellos serian los dueños.
Errorr¡¡¡¡¡ (gritó)
Por que, lo que no sabían esos grandes, es que sin la pócima al crecer, se perdía la inocencia y sin ella, se esfuma también la felicidad.
La inocencia, es el antídoto, para que cuando atacan los virus, hay muchos. Pero la codicia, el egoísmo, que son de los peores, sin ella, campaban a sus anchas y estos dos, que son los jefes de la maldad, traen como tropas de guerra, a muchos más.
Así pues, paso que quienes no la tomaron, y fueron muchos, trasmitieron a sus descendientes todos los virus y una vez que crecían, no guardaban algo de aquella inocencia y claro¡¡¡ estaban infectados.
La infección se propago rápidamente y el país que debería ser un país feliz se convirtió en un país de luchas, luchas por poder, luchas por tener, luchas por todo.
Luchando y luchando, no se daban cuenta que cada vez se hacían más grandes, que cada vez se hacían mas viejos y que cada vez se hacían más infelices, eso si... tenían poder.
También contó, que luchar por el poder hace que los grandes se olviden de muchas cosas que hacen reír, por eso las risas no están en su mundo, mas que para ridiculizar a otros que no alcanzaron ese poder.
Le mirábamos tan asustados, que nos dijo: Pero no temáis, a mí me dejaron las brujas mucha pócima y de esa vamos a beber.
Así cuando seáis grandes, eso es inevitable, os quedara, como jugar a las canicas, como poner un cepo, como sacarse los mocos, como mirarse al espejo y poder sonreír.
Por que la inocencia siempre estará en un rinconcito de vosotros y ya sabéis, no deja entrar a los virus.
Al final, todos bebimos de la pócima de las brujas, que aunque su cara no era bonita, no sé por que, cosas de los grandes, tenían escobas que volaban solas y castillos donde esconderse, cuando no querían ser encontradas.
Vamos a jugar¡¡¡¡.
Y después de cruzar los índices, besarlos y escupir, que era el juramento. Bebimos un sorbito de pócima y nos fuimos tan panchos.
Las brujas solo son feas por fuera, debieron beber mucha pócima.
Me gusta después de tantos años, cuando ya soy grande, haber bebido ese liquido, que sabia a todos los sabores que me gustan, olía a todos los olores que recuerdo, fresco, húmedo, tierra mojada, agua de mar, a vaca, por que me gusta el olor a vaca.

Maika Mayo del 2000

No hay comentarios:

Publicar un comentario