lunes, 20 de agosto de 2012

¡¡Cosas de la caló!!





¡¡Que de caló!!¡¡ Uff!!

En época estival, me imagino que debido a los calores y altas temperaturas, hacemos cosas que… -vengo yo analizando con sumo cuidado-  nos da una imagen poco “digna” de nosotros mismos.
 Motivos de ese comportamiento tan irregular, es posible que sean varios, pero que nos agarramos a ellos como la sartén al mango.
El calor nos lo ablanda todo, evidentemente, hasta la mollera, por que si no; Dime tu a mí,  como es posible que  gente de cierta edad y  ante la inminente ola de calores, sofocos y  sudores, caigan en esa libertad de proyectarse tal cual le da la gana (estando en su derecho) y ponerse la moda que vemos en los escaparates del Zara.
¡¡Madre del amor hermoso!!
Paseando ya caída la tarde  por una capital de provincia cualquiera, con un heladito en la mano, chupa que te chupa, que aun me parece erótico eso de comérselo así, a lengüetazos .

 La imagen que se me presenta a la vista fue de lo mas impactante: La  señora entrada en años, ¡¡Vamos!!Una yaya, que aprovechando el veranito de  un viaje del Inserso, se lía la manta a la cabeza y se apropia de la moda juvenil, con una soltura descabellada (eso en su pueblo, no se lo pone, ¡¡fijo!!)
Os detallo: De arriba abajo, el atuendo no tenía desperdicio. En la cabeza una especie de pamela floreada, de ala ancha, que como le tapaba gran parte de la frente, tenia que ir, con una mano subiendo la mencionada ala para poder ver al frente y  no dejarse los piños en un bordillo, en la otra mano un bolso de esparto forrado, que por las dimensiones llevaba todo lo necesario, el pastillero, las compresas para las perdidas , el pegamento para la dentadura y un sinfín de cosas mas, la blusa en trasparencias que portaba tan “moderna” señora, dejaba ver un sujetador, relleno,  de (una escalibada) ¡¡Vamos!! Unos pimientos asaditos talmente y si la mirada seguía hacia abajo se acompañaba con unas mallas estrechas, estrechas, ceñidas hasta confundirse con la piel¡¡Qué digo¡¡ con unos muslos  ya fofos, que con tanta apretura dejaba adivinar unos pliegues profundos y con solera, de calzado unas sandalias, las del pescador, ¡¡No te digo mas!!
Y … quede… pensativa y preocupada… Y se lo dije a una amiga
-¡¡Cariño!! Si esto, lo da la emoción de los viajes del Inserso, borrarme de la próxima excursión que yo me quedo en casa.
Maika 20-Agosto-2012

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