lunes, 21 de noviembre de 2011

Querida Fatoumata...


Querida Fato; Hace tiempo que no nada de ti, hoy te escribo para interesarme si en algo ha cambiado tu pobre vida.
La última vez que me escribiste quede muy triste y comentándoles a unas amigas lo que te había pasado, acabe en una pequeña discusión, por que se atrevieron a juzgarte. Cuando les conté que habías tenido que abandonar a dos de tus hijos pequeños para que pudiera sobrevivir el tercero de los peques y elegiste al más fuerte, se atrevieron a decir que ellas harían cualquier cosa por sus hijos, grandísimas hipócritas, me tuve que callar, lo que aquí  hacemos por nuestros hijos pequeños, enviarlos a una guardería mientras nosotras vamos a trabajar para poder pagarla, en fin. (Guardería, ya sabes, lugares donde se dejan a los niños pequeños para que otras personas los cuiden y disfruten de ellos)
Yo, que ya me he acostumbrado a tus cosas, tus terribles cosas. Les explicaba que te conocí al apadrinar un niño africano, pero que no  llega lo que enviamos, bueno que no os llega a vosotros, es cierto que nuestras conciencias quedan “lavadas”enviando esos donativos, pero creo que os sirven de muy poco.
Todo esto se lo contaba a esas personas, se les llama amigas,- pero los amigos son otra cosa-.Estábamos en una cafetería de moda (ya sabes, cafetería es un lugar limpio y elegante donde unos señores te sirven) que por tomarnos un café nos cobran el equivalente a lo que para ti sería que comieran algunas semanas los hijos que te quedan vivos.
Fatoumata, quiero decirte que tú sí eres mí amiga y que me ayuda mucho saber que cuando recibes mis cartas te ríes con las cosas que te cuento , pero lo que te cuento Fato no es causa de alegría para mí, de hecho te escribo cuando estoy triste, por que lo que tu me cuentas no cabe en mi cabeza.
Y cuando me dices que hay días que podéis comer arroz hervido y que ese día nadie te ha pegado, pero que estabas algo triste y con resignación, por que a la hijita de una amiga tuya le habían violado a la niña y dando gracias que no la habían matado, eso no cabe en mi cabeza.
Vivimos en el mismo planeta, pero en distintos mundos y como los que hemos nacido en el llamado primer mundo no queremos perder lo que tenemos ayudamos muy poco al resto.
 Tengo una foto de tu sonrisa y es la sonrisa más maravillosa del mundo y en tus ojos la mirada clara de quien no sabe lo que es la envidia
Y me pregunto como puedes Fato, mi querida Fato, sonreír aun.

Maika-21-11-2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario