Aunque pensemos que nos conocemos, las mujeres tenemos unos
años de “transición” donde no te da tiempo a conocerte a ti misma, entre otras
cosas por que ya parece que te conoce tó
quísqui menos tú. Te dicen eres así por influencia de la niñez, u otras chorradas similares, por poner ejemplos...
Y te lo dice desde la persona más allegada, a la que te acaba de conocer hace diez minutos, lo dicen de oídas seguramente o por que algo hay que decir.
Y te lo dice desde la persona más allegada, a la que te acaba de conocer hace diez minutos, lo dicen de oídas seguramente o por que algo hay que decir.
Dejando las varias etapas que tenemos todos en la vida, la
que te da una visión real de cómo eres, y como vas cambiando, es cuando has parido,
parido, vástagos, me refiero.
Esos, los referidos, son con su llegada los que te quitan el
tiempo que antes tenias para ti misma, dicho de otro modo, has de aprender ha
hacer una serie de cosas, con unas manitas agarradas y descolgándose de tu falda y diciendo, ¡¡Mamaaaa ¡!
¿Por que? (bla bla
bla) .Cuando? ¿Ya?...Como es posible que una cosita tan chica, pregunte mas
rápido que dispara un rifle de
repetición.
Entonces empiezas a
conocer tu capacidad, de
organización, paciencia y una diversidad de cosas que haces al mismo tiempo, al
unísono petorros y palmitas . Proezas que cuando eras soltera… -y sola en la vida- no eras capaz, ni
te podías imaginar, que todo eso se podían hacer a la vez.
Así poco a poco vas conociéndote, los demás te dicen; admirándose
¡¡Chica!! no te conozco, con la poca espenta ( empuje) que tenias de jovencilla.
Lo que ya te deja fría, como has parido vástagos, ya no eres jovencilla, tengas la edad que tengas, también es cierto que cambias hasta la forma de caminar, lo que antes eran unos pasitos cortos y miradillas en los escaparates, ahora son unas zancadas descontroladas sujetando al peque que se escapa, al carrito y con la boca la correa del perro.
¡¡Chica!! no te conozco, con la poca espenta ( empuje) que tenias de jovencilla.
Lo que ya te deja fría, como has parido vástagos, ya no eres jovencilla, tengas la edad que tengas, también es cierto que cambias hasta la forma de caminar, lo que antes eran unos pasitos cortos y miradillas en los escaparates, ahora son unas zancadas descontroladas sujetando al peque que se escapa, al carrito y con la boca la correa del perro.
Y llega un día que te dicen ¡¡Señora!! Y lo que sigue...
¿Como que señora? ¿Por que ¿ … ¿Por el carrito?.. ¿Por el
perro?.. ¿O por el carrito, el perro y los niños? Es un impacto, algo que tú no
has apreciado hasta ese momento. Momento de desconcierto y reflexión.
Pasa el tiempo y los vástagos han crecido, ya no hay
carrito, ni niño pequeño, solo perro.
Vuelves a caminar mas despacio, no te miras ya en los escaparates, pero si miras a otros perros.
Vuelves a caminar mas despacio, no te miras ya en los escaparates, pero si miras a otros perros.
Posiblemente a estas alturas ya te conoces bastante, tienes algunas arrugas en tu rostro, eso es por las sonrisas que te han arrancado, si tienes
bolsas en los ojos, es por las lágrimas que has derramado.. Pero, si
verdaderamente quieres saber como eres.
¡¡Pregúntaselo a tus
hijos!!
Maika Septiembre 2012
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